martes, 22 de enero de 2013

Orden Celestial (Anexo)

Cada cosa y cada persona tiene su propio papel en la Gran Estructura Celestial. Todas las almas tienen su lugar, como decretaron los Cielos Celestiales. Aquellos que desafían el Orden Celestial avergüenzan y ensucian el propósito de su propia existencia, una existencia que se arriesga a ser degradada en su reencarnación. El orden social está compuesto por tres grupos:

Samurai. Los samurai ocupan la más alta clase social. Su símbolo es el daisho, las dos espadas, la katana y su hermana menor la wakizashi. Solo un samurai posee o porta tales armas. Cualquier otro ser que ose tocarla o llevarla, será ejecutado. Los testimonios de cualquiera de rango inferior, son ignorados a menos que un samurai desee admitirlos.

El Emperador. Ostenta la posición más alta. Es dueño de todas las tierras del Imperio, y permite su administración a quienes le juran fidelidad, aunque deben pagar impuestos anuales. El Emperador también controla la religión, en esencia es la Voz de los Cielos, el Hijo del Cielos.Aunque las tradiciones y costumbres definen Rokugan, el Emperador es el árbitro final. Cualquier orden que formule se considera inmediatamente Ley Imperial. Al tomar posesión del trono el Emperador abandona su nombre y es nombrado según la dinastía.

Campeón Esmeralda y Campeón de Jade. El Campeón Esmeralda es el guardián de los magistrados imperiales, defensor de la ley Imperial y protector del linaje Imperial. La posición conlleva el respeto del Imperio, así como un feudo de tierras, sirvientes y riqueza. Cuando el Emperador es incapaz de cumplir con sus deberes, es responsabilidad del Campeón Esmeralda mantener a salvo el Imperio.
El Campeón de Jade es el shugenja más noble y poderoso del Imperio, destinado a proteger y servir al Imperio en la lucha contra las Tierras Sombrías y el maho que engendran.

Consejero Imperial. Aunque el Emperador tiene muchos consejeros, para cada aspecto mayor de la corte, el Consejero Imperial es el jefe del concilio de consejeros imperiales. Su trabajo consiste en concertar encuentros en la corte, aconsejar al Emperador y asegurarse de que esté familiarizado con los sucesos imperiales. Por lo tanto tiene un gran poder político.
El Consejero Imperial tiene la capacidad de favorecer u oponer al Emperador, así como de asegurar que un embajador o un mensajero llega al Emperador. Oído y ojos del Emperador, es el cargo, no hereditario, más importante del Imperio. El puesto debe ser votado por los Campeones de los grandes clanes para ser otorgado.

Daimyo. El nombramiento de un daimyo es una de las ceremonias más importantes de la corte. Aunque las casas menores pueden ser ratificados por sus superiores, el daimyo principal de las grandes casas y de los Campeones debe ser ratificado por el Emperador. Mientras es correspondido el título, la persona elegida asume las responsabilidades y tareas de su predecesor, pero actúa con el título de “heredero a daimyo”.
Esto a veces causa problemas. Si el Emperador elige a otro para liderar el clan, seguramente aparecerán diferencias entre el daimyo y el heredero al daimyo que había asumido dichas responsabilidades. Aunque en estos casos el Emperador solo suele elegir a segundos hijos más capacitados, por encima del primogénito, manteniendo la línea de sucesión familiar.

Kuge. La élite de la clase samurai, nobleza heredada o nombrada por el Emperador. Bajo el los Campeones, o señores de los Clanes, los Daimyos, o señores, de las familias Imperiales, el Campeón de Jade, guardián de la magia, el Campeón Esmeralda, guardián de la Ley Imperial, el Canciller Imperial y el Consejero Imperial. Y algo por debajo los Campeones de clanes menores y los daimyos de familias.

Buke. Samurai que no disponen de tierras o títulos, sino que sirven a otra casa portando el nombre de la familia a la que sirven.

Ronin. Los ronin son samurai que por nacimiento, errores o circunstancias no sirven a ningún señor. Sin señor vagan por el Imperio buscando trabajo a cambio de comida y cobijo con el desagrado de los demás. Venden su trabajo o hacen de la rapiña su vida para sobrevivir en un Imperio que no los reconoce y que los considera escoria.

Clero. Compuesta por los monjes, principalmente, de la Hermandad de Shinsei y algunos grupos entre los clanes. El único objetivo del clero es la búsqueda de la Iluminación, y ayudar a los demás con su propia senda. El estudio de los monjes les da una comprensión mística de los espíritus y los elementos que les permite realizar proezas.

Bonge. Campesinos, mercaderes, artesanos... los Heimin, o semi-personas, son aquellos que sirven al Imperio. El mayor rango lo ostentan los granjeros, aquellos que alimentan al Imperio, luego los artesanos y finalmente los comerciantes, pues no crea nada de manera directa. Un heimin puede presentar cargos contra otro, pero no contra un samurai. Un samurai agraviado por un heimin no necesitará de juicio para dictaminar sentencia, aunque el señor del heimin puede pedir explicaciones ante tal hecho. Los heimin actúan de manera extremadamente educada frente a los samurai. Incapaces, en muchas ocasiones, de subir la mirada más allá de su pecho.

Eta. Este grupo esta formado por los hinin, las no-personas, aquellos considerados sucios debido a su profesión, incluyendo a cualquier trabajo relacionado con la sangre y la carne, así como criminales, artistas y holgazanes. No son técnicamente humanos por lo que incluso los heimin abusan de ellos. Matarlos no es crimen pues no forman parte del Orden Celestial. No se le permite hablar a un samurai, salvo que este le de permiso, de hecho evitan los samurai.
Las geishas, también eta, están bajo la protección de un samurai patrón por lo que se considera que cualquier insulto está dirigido contra su señor. Las geishas destacan por su conversación agradable, la danza y la música, y son recompensadas con hermosos regalos por la paz que llevan a los samurai. Incluso un samurai casado no sufre vergüenza por ser relacionado con ellas, siempre y cuando sea discreto. Los torturadores se asocian, frecuentemente con samurai, pues sus esfuerzos complementan el trabajo de magistrados.

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